Agua - el elemento precioso

Tanto nosotros, los seres humanos, como la superficie terrestre, estamos formados, en un 75%, por un elemento vital: Agua. Sin embargo, la importancia del agua se acentúa, no sólo por su calidad, sino, principalmente, por las funciones que realiza en nuestro cuerpo.

Por ejemplo, el agua alimenta todas nuestras células, ya que es el único elemento disolvente de los nutrientes más importantes de la alimentación, y los transporta al interior de las células a través de las membranas celulares.

Regula nuestra temperatura y el intercambio de oxígeno. Al mismo tiempo actúa eliminando las sustancias tóxicas de nuestro cuerpo, de forma análoga a un sistema de desagüe. Desde el cerebro (que, por cierto, está formado por un 85% de agua) hasta el dedo gordo del pie (por cuyas venas, la sangre circula gracias a su contenido líquido), el agua proporciona alimentación y limpieza, manteniendo en correctas condiciones las funciones corporales. Una aportación de agua suficiente aumenta el intercambio de energía del cuerpo, optimiza la capacidad cerebral y puede, por tanto, mejorar la capacidad intelectual. Incluso el mayor de nuestros órganos, la piel (formada por agua en un 80%), reacciona al aporte de agua. Un aporte de agua suficiente (2 a 3 litros por día), la mantiene sana y suave, pudiendo, por tanto, actuar contra el proceso de envejecimiento.